5 claves para entender el nuevo reglamento europeo de fertilizantes y bioestimulantes agrícolas

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No es la primera vez que os hablamos del nuevo reglamento europeo de bioestimulantes y fertilizantes. Empresas de biotecnología agrícola y agricultores llevamos tiempo preparándonos para el nuevo marco regulatorio, que -ahora sí- es una realidad. Entró en vigor el pasado 16 de julio y básicamente establece unos requisitos comunes de seguridad, calidad y etiquetado en lo relativo a la producción de soluciones para los problemas más comunes de los cultivos. Por eso, y dado que para nosotros es un asunto fundamental, hemos querido resumir aquí las 5 claves para entender el nuevo reglamento europeo de fertilizantes y bioestimulantes agrícolas.

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Las claves para entender el nuevo reglamento europeo de fertilizantes 👇

Fomenta la agricultura sostenible y la economía circular

Y es que el nuevo reglamento europeo nace para impulsar la producción de fertilizantes en la Unión Europea. El objetivo es que los países de la UE acogidos a este marco normativo contribuyan a una agricultura sostenible dentro de una economía circular.

¿Cómo? Mediante la utilización de residuos y subproductos y el desarrollo de productos innovadores. Precisamente por eso una de las aportaciones del nuevo reglamento es que define y determina qué son los bioestimulantes, que se clasifican según su origen en microbianos o no microbianos.

Esta es la definición de bioestimulantes según el nuevo reglamento: Producto fertilizante UE cuya función es estimular los procesos de nutrición de las plantas con independencia del contenido de nutrientes del producto, con el único objetivo de mejorar una o varias de las siguientes características de las plantas y su rizosfera:

  • eficiencia en el uso de nutrientes
  • tolerancia al estrés abiótico
  • características de calidad
  • disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo y la rizosfera

Establece nuevas categorías para los productos y una estricta evaluación

A diferencia de otros reglamentos anteriores, los productos agrícolas se clasifican según su función en 7 Categorías Funcionales de Producto o CFP, con usos y aplicaciones que van por primera vez más allá de la aportación de nutrientes al suelo o la planta. Concretamente son:

  • CFP1: Abono o fertilizante
    1. inorgánico
    2. órgano-mineral
    3. y orgánico
  • CFP2: Enmiendas caliza
  • CFP3: Enmiendas del suelo
  • CFP4: Sustratos de cultivo
  • CFP5: Inhibidores
  • CFP6: Bioestimulantes
  • CFP7: Mezcla de productos fertilizantes

Requiere la eficacia probada de los bioestimulantes

A la categorización mencionada antes, se une el hecho de que se establece la necesidad de que haya una eficacia probada para los bioestimulantes, algo de la que ya hablamos en este post.

Todas las categorías de productos tienen que cumplir ciertos requisitos de etiquetado y elaborarse con determinados productos autorizados. Además, han de pasar una rigurosa evaluación. Pero, además, los bioestimulantes deberán someterse a un proceso de evaluación con la certificación de entidades acreditadas.

Es decir, las empresas de biotecnología agrícola sólo podremos indicar en la etiqueta de nuestros bioestimulantes sus beneficios probados en los cultivos, algo que en MAFA realizamos desde hace años mediante ensayos agronómicos.

Otra novedad

El nuevo reglamento solo permite el uso de cuatro microorganismos para formular bioestimulantes microbianos: Azotobacter spp, hongos micorrízicos, Rhizobium spp, Azospirillum. Aunque se prevé que, poco a poco, incluya más dada la innovación e investigación que desarrolla el sector.

El nuevo reglamento convive con la legislación nacional

Hay una armonización opcional. O, dicho de otra forma, el fabricante pueda elegir si produce de acuerdo a las normas nacionales o se acoge al nuevo reglamento europeo de fertilizantes y bioestimulantes.

De hecho, en España los bioestimulantes se engloban en el grupo 4 (otros abonos y productos especiales) del Real Decreto 506/2013. 

Hacia una agricultura sostenible y con menos químicos

Teniendo en cuenta que el objetivo de la Unión Europea y de los estados miembros es reducir paulatinamente el uso de fertilizantes y fitosanitarios de síntesis química, es lógico entender que el nuevo reglamento se oriente a fomentar la fabricación y uso de productos lo más naturales posibles.

Esas soluciones naturales de las que tanto hablamos en MAFA porque realmente son prioritarias en una auténtica agricultura sin fuentes de toxicidad, una agricultura residuo cero. El nuevo reglamento europeo quiere impulsar la aplicación de tratamientos para cultivos más eficientes, que sepan aprovechar los nutrientes disponibles en el suelo y los beneficios que nos proporcionan los microorganismos.

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