El estrés en las plantas: por qué es tan importante prevenirlo y tratarlo

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Sí. Las plantas -como seres vivos que son- también sufren estrés, entendido como todas aquellas situaciones externas que les afectan negativamente, tanto a nivel fisiológico como metabólico. Por eso es tan importante prevenirlo y tratarlo, porque les impide ofrecer toda su productividad e, incluso, puede -unido a otras circunstancias- poner en riesgo su supervivencia.

Los tipos de estrés más habitual son

Los desequilibrios por defecto o exceso de agua están entre las situaciones más preocupantes y peligrosas para las plantas y su óptimo crecimiento. Y es que, si hay un desajuste entre la transpiración y la absorción de agua, las plantas no pueden transportar los nutrientes de la raíz a las hojas. Y, si hay agua en exceso, pueden sufrir la falta de oxígeno.

Es nuestro trabajo encontrar biosoluciones que actúen mejorando la fisiología de las plantas, estimulando los procesos naturales para mejorar la absorción y eficiencia de los nutrientes así como la tolerancia al estrés biótico y abiótico.

Insectos, hongos, bacterias… generan indudablemente un desequilibrio, que, sumado a otros factores abióticos, puede hacer que la planta no cuente con las defensas suficientes para superar situaciones complejas.

Es el caso de estrés biótico más común y, frente a él, la planta necesita estar fortalecida, con defensas como las que pueden proporcionarle ciertos bioestimulantes.

También propiciando un suelo rico en microorganismos beneficiosos, como la micorriza, la rizobacteria o el tricoderma .

El exceso de sal en el suelo o en el agua de riego es otra circunstancia que puede dar al traste con un cultivo. Para ello es eficaz usar reguladores como Maxiplant Sal.

Es, sin duda, una de las cuestiones que más preocupa a los y las profesionales de la agricultura, porque los nutrientes son, valga la redundancia, la base de la nutrición. Una función vital para las plantas que se puede ver seriamente afectada si no se cuenta con los nutrientes necesarios para que tanto el crecimiento como el fruto sean los mejores posibles.

No obstante, hemos de tener en cuenta que el suministro de nutrientes también ha de ser lo suficientemente equilibrado como para no perjudicar a nuestros cultivos. Y es que el exceso de nutrientes como el nitrógeno o el fósforo también resulta peligroso para el desarrollo vegetal.

¿Cómo prevenir el estrés de las plantas?

Como se suele decir, más vale prevenir que curar.

Por eso, evitar siempre que podamos que nuestras plantas lleguen a sufrir estrés biótico o abiótico es fundamental.

Aplicar medidas preventivas es una buena decisión. Nos referimos a precauciones como

  • Conocer el suelo de nuestro cultivo. Es básico si queremos que el cultivo sea exitoso. Porque conocer sus características de salinidad, estructura, nutrientes… nos permitirá corregir aquello que pueda estresar a la planta en un futuro. Tan importante como lo anterior es que nuestra planta esté bien enraizada.
  • Elegir variedades más resistentes o adaptadas a los tipos de estrés biótico o abiótico a los que puede verse sometido nuestro cultivo en función de la zona donde se halle.
  • Gestionar el riego eficientemente, porque así evitaremos un estrés hídrico muy perjudicial para las fases de crecimiento y floración de la planta.
  • Prevenir enfermedades y plagas con biosoluciones que hagan a nuestros cultivos resilientes y mejor preparados ante cualquier adversidad. Lograr una óptima nutrición contribuirá, sin duda, a que nuestras plantas sean más resistentes; más fuertes.
  • Analizar periódicamente el estado de los cultivos para detectar cualquier signo de estrés.
  • Controlar en lo posible el entorno de la planta. Está muy relacionado con lo anterior. Hay que tener en cuenta que el estrés abiótico tiene que ver con los factores ambientales, que inciden directamente en el desarrollo vegetal.

Algunas biosoluciones MAFA para tratar el estrés

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